Ahora la bronca de Correa es con Brasil. Un país que bien puede ser su aliado en los político, comercial y sobre todo en lo ideológico, sin embargo el Presidente ecuatoriano no tiene empacho en enviar a los brasileños a freír papas, como si al Ecuador le sobraran recursos y no necesitara de nadie.
Definitivamente que a este señor le falta, por lo mínimo, un curso de como llevarse bien con sus vecinos, y si vamos a más allá creo que lo que necesita es un psiquiatra. Insisto que el problema de él es de una falla de su personalidad y es que tiene un "ego" tan grande, ahora agravado con el ejercicio del poder. No sería raro que dentro de muy poco piense que él personifica la segunda venida de Jesucristo o algo así, y que va a salvar a la humanidad.
Bueno, aunque es un insulto compararle con Jesucristo por que si lo que más caracterizo al hijo de Dios fue su humildad y Correa no tiene esa palabra en su diccionario.
Lo peor es que después de tanta arrogancia se le percibe como un hombre poco inteligente; osea, lo que se llama inteligencia emocional definitivamente no tiene, porque una cosa es ser bueno para las sumas y restas; para las teorías económicas nada prácticas o manejar bien el vocabulario económico, y otra, muy distinta es saber gobernar una nación. Y es que mientras tengamos a este individuo de presidente seguiremos viendo ejemplos de lo que es tener un muy bajo nivel de inteligencia emocial.
